viernes, 13 de noviembre de 2009

Con el mar hemos topado (Ponyo en el acantilado)

Ponyo en el acantilado es amor convertido en un nudo en la garganta. Un ejemplo de cómo los sentimientos más inocentes puede provocar tsunamis. De cómo el mar nos arrebata todo lo que de él nos quedamos. De cómo todo vuelve si supimos protegerlo mientras estuvo en nuestras manos. De que no todas las sirenas tienen cola de pescado. Es una historia que tiene mucho que enseñar, a los niños y a los que lo fuimos, con la que podemos realizar una regresión a nuestros años más tiernos y ver que aún queda algo de aquella bondad con la que el mundo nos miraba entonces.


Ponyo es una niña pez que vive en las profundidades del mar con su padre Fujimoto, un hechicero maligno; su madre, una diosa marina; y sus incontables hermanas. Cuando Ponyo llega a la orilla atrapada en un bote de cristal, Sosuke, un niño de su edad, se queda con ella y promete protegerla siempre. Pero, por petición de Fujimoto, el mar regresa a buscarla y la devuelve a sus entrañas. En cambio, Ponyo quiere ser humana para vivir con Sosuke y comer jamón, pero para ello tendrá que hacer un gran esfuerzo: renunciar a sus poderes mágicos. A pesar de las diferencias entre la inocente Ponyo y su padre, ambos comparten el hecho de haber renunciado a su condición natural. Él por odio, ella por amor.


Colores pastel se combinan a la perfección sobre personajes entrañables, más si cabe en la versión original. Los diálogos se hacen esperar, y el movimiento del padre de Ponyo en ocasiones peca de forzado; pero aún así, la vista no puede abarcar tanta belleza. Sin duda, un regalo para los ojos con el que el Walt Disney japonés, Hayao Miyazaki, nos recuerda quién es y dónde se sienta.

La banda sonora tampoco tiene desperdicio, y es que el compositor no es cualquiera. Joe Hisaishi ha trabajado con Miyazaki en La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro y El castillo ambulante. Este prolífico compositor de bandas sonoras ganó el Oscar por sus partituras en Despedidas en la pasada edición. Ternura por los cuatro costados, es lo que desprende la canción del final. Cuando escuches “Ponyo, Ponyo, Ponyo es una niña pez”, no podrás sacar ese sonido de tu mente. Ni sentirás la necesidad de hacerlo.


Ponyo en el acantilado, que con salir de los estudios Ghibli tiene más que suficiente, ha sido seleccionada por la Academia como una de las veinte cintas que han pasado el primer corte (aunque es de 2008), de las cuales cinco serán candidatas a los Oscar en la categoría de mejor película de animación. Hayao Miyazaki ya se hizo con la estatuilla por El viaje de Chihiro en 2002, mientras que El castillo ambulante estuvo nominada en 2005.

La frase: “si estás triste no podrás cambiar tu destino”, la madre de Sosuke, toda una psicóloga que no puede tener mejor nombre que Risa.

Estas son las veinte seleccionadas:

Alvin y las ardillas 2
Astro Boy
Battle for Terra. Objetivo: Terrum
Lluvia de albóndigas
Los mundos de Coraline
Cuento de Navidad
El delfín. Historia de un soñador
Fantastic Mr. Fox
Ice Age 3: El origen de los dinosaurios
Mary and Max
El lince perdido
Monstruos contra alienígenas
Número 9
Planet 51
Ponyo en el acantilado
Tiana y el sapo
Brendan and the Secret of Kells
Campanilla y el tesoro perdido
A Town Called Panic
Up

3 comentarios:

  1. entonces me la puedo bajar?
    jurjur

    que ganas, quiero volver a ver el viaje de chihiro, que grande!

    perra a ver si me animo y me ahgo un blog, que en Bilbao me entra inspiracion, ya te contare ahora juego con conejos... ya t dire xd

    ResponderEliminar